El documento argumenta que debemos adaptar nuestra cultura a los ecosistemas en los que vivimos en lugar de intentar modificar los ecosistemas para adaptarlos a nuestras culturas. También enfatiza la importancia de conservar el patrimonio natural y cultural a través de áreas protegidas, educación y apreciación respetuosa de los recursos, mientras se promueve el bienestar de las comunidades locales.