El tratamiento de la anorexia nerviosa debe ser individualizado, priorizando la relación terapéutica y el manejo de la ansiedad. Se enfatiza el impacto psicosociológico de la enfermedad, que implica una sobrevaloración del peso y una identificación de la imagen corporal con la seguridad y aceptación personal. Las pacientes suelen experimentar una intensa inseguridad, aislamiento y un rechazo hacia la alimentación, mientras buscan ser vistas como especiales y valiosas a través de su disciplina y delgadez.