Este poema de Mario Benedetti expresa su amor por una mujer cuyas manos trabajan por la justicia, cuya mirada siembra futuro, y cuya boca sabe gritar rebeldía. El poeta la ama porque comparten la lucha codo a codo en la calle y porque juntos no están solos a pesar de vivir en un país donde la gente no siempre es feliz con permiso.