La velocidad de cambio tecnológico hace que los componentes electrónicos se vuelvan obsoletos rápidamente y requieran reemplazo continuo. Estos componentes contienen materiales tóxicos que generan un problema ambiental si no se manejan adecuadamente los desechos tecnológicos. Algunas empresas ofrecen bonos para la adquisición de nuevos productos a cambio de artículos viejos para evitar que se arrojen a la basura y poder reutilizarlos o reciclarlos.