El documento describe cómo Jesús capacitó a los apóstoles para ser evangelistas, usando dos técnicas: la observación y la práctica. Jesús les enseñó a través de su ejemplo y luego los envió a predicar solos, para que aprendieran de la experiencia. Tanto los éxitos como los fracasos deben ser lecciones para mejorar la tarea evangelizadora con humildad y dependencia de Dios.