El documento presenta una serie de afirmaciones sobre cosas valiosas y constantes en la vida como el tiempo, las palabras, las oportunidades, el amor, la familia y los amigos. También advierte sobre cosas que pueden destruir a una persona como el enojo, el orgullo y no perdonar, así como cosas inciertas como la fortuna, el éxito y los sueños. Finalmente, destaca que las tres personas divinas constantes son el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.