Este documento cuenta la historia de una tortuga que tenía problemas para controlar su enojo en la escuela. Cuando otros niños la molestaban, ella se enojaba y peleaba. Un día, una anciana tortuga le dio un consejo: cuando se sienta enojada, debe replegarse dentro de su caparazón, respirar profundamente y pensar en el problema. Practicando este método, la tortuga poco a poco aprendió a controlar su enojo y ahora disfruta más de la escuela.