La globalización ha llevado a que los empleos en países desarrollados se trasladen a países en desarrollo donde los salarios y condiciones laborales son más bajos. Esto ha afectado el empleo en los países desarrollados pero ha creado puestos de trabajo en países en desarrollo a través de la inversión extranjera. Aunque los salarios son bajos en estos países debido a la falta de competitividad, la globalización los beneficia al crear empleos que de otra forma no existirían.