Este documento discute la violencia como un problema social. Señala que la violencia está institucionalizada y socialmente legitimada, lo que la hace auto-perpetuante como un aprendizaje social piramidal que perpetúa creencias violentas y paraliza el crecimiento. Identifica cinco tipos de violencia y concluye enfatizando que la violencia no justifica nada y que es hora de cambiar aprendiendo de Jesús a ser mansos y humildes.