El tratamiento endodóntico siempre genera una capa de residuo en las paredes de los conductos radiculares, compuesta de dentina, tejidos pulpares y material orgánico e inorgánico. La capa de residuo, con un grosor de 1 a 5 μm, afecta la permeabilidad de la dentina y su composición varía según la técnica utilizada y las condiciones del corte, mientras que su eliminación efectiva es crucial para una adecuada obturación. A pesar de las mejoras en las técnicas y soluciones de irrigación, la capa de residuo persiste, limitando la limpieza ideal de las superficies dentales preparadas.