El documento describe cómo los israelitas comenzaron a quejarse y murmurar contra Dios por su descontento con el maná que Dios les había provisto. Dios se enojó con ellos y encendió fuego entre ellos para castigarlos. Aunque Moisés oró y el fuego se apagó, los israelitas pronto volvieron a quejarse, deseando la comida que comían en Egipto. Esto enfureció a Dios y a Moisés, quien le pidió a Dios que lo matara porque ya no podía soportar la carga