Este documento presenta tres párrafos sobre la restauración del profeta Elías tras un período de tristeza. Se describe cómo Dios lo restauró a una íntima comunión con Él y lo reintegró a su servicio, enviándolo a encontrar a Eliseo para transferirle su manto profético. Eliseo aceptó de inmediato la llamada de Dios, abandonando sus labores para seguir a Elías, a pesar de los desalientos.