23 isa 61.01-04

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Isaías 61:1-4
Por Chuck Smith
Se nos dice en el Nuevo Testamento que los profetas del Antiguo
Testamento muchas veces escribieron las cosas que ellos no entendían.
Deseando seriamente, realmente, ver en estas cosas, pero ellos escribieron
como el Espíritu les inspiraba. Y así que encontramos bastante frecuente, que
los profetas del Antiguo Testamento no entendían claramente la obra de Dios al
crear el cuerpo de Cristo, la iglesia, de entre los Gentiles. Pablo el apóstol, al
hablar acerca de la iglesia y de Cristo en nosotros, la esperanza de gloria, dijo
que era un misterio que estaba escondido desde el principio de los tiempos pero
era ahora revelado. Y así que es algo que no fue revelado hasta los escritos del
Nuevo Testamento y las epístolas. Fue algo que estaba más o menos escondido
de los escritores del Antiguo Testamento.
Ahora bien, en sus profecías en cuanto a la obra y el ministerio de
Jesucristo, bastante seguido ambos aspectos de la venida de Cristo sería más o
menos mezclado en una sola frase o en una profecía. Así que profetizarían de
los aspectos de la primera venida de Jesucristo y también proseguirían al
profetizar los aspectos de la segunda venida de Jesucristo, justo en la misma
frase o párrafo. Y no veían clara distinción entre…bueno, ellos no veían las dos
venidas de Cristo.
Y por lo tanto era un misterio para ellos las cosas que habían escrito
porque parecían ser incoherentes. Ellos hablaban del glorioso reino del Mesías y
el reino sentado en el trono de David y toda la tierra fluyendo hacia Jerusalén y
demás. Y luego ellos hablaban de El siendo despreciado y rechazado, un varón
de dolores, experimentado en quebrantos, y ellos mismos no entendían las
cosas que ellos escribieron porque estaban escritas para nuestro beneficio.
Ahora con Daniel, cuando el estaba buscando entender más
profundamente, el Señor dijo “Séllalo Daniel. Es para el tiempo del fin. No está

dado para que tu entiendas estas cosas. Simplemente escríbelas, has tu trabajo.
Está bien ahora. Pero en los últimos días el conocimiento se acrecentará. Daré
el entendimiento de estas cosas. Estas cosas están escritas para una
generación que habrá de venir. No está escrita para tu entendimiento, sino para
la generación que vendrá y ellos entenderán estas cosas.” Así que al mirar
ahora a las profecías Bíblicas con la ventaja de la historia, y podemos mirar
hacia atrás y ver la venida de Cristo, podemos verle despreciado y rechazado, y
podemos mirar hacia la segunda venida de Cristo y al ver estas cosas
comenzando a tomar lugar en el mundo alrededor nuestro, decimos, “oh, bueno,
de esto era de lo que estaba hablando Daniel. Oh si, lo puedo ver ahora.” Y
Comienza a revelarse a nosotros en estos días. Así que entramos en el capítulo
sesenta y uno del libro de Isaías, la profecía en cuanto a Jesucristo, el de hecho
mezcla ambas venidas de Cristo en una sola profecía.
2
Pero Jesús, porque El entendió los dos aspectos de Su venida, cuando El
en la sinagoga de Nazareth, abrió en la profecía de Isaías y leyó este pasaje en
particular, se detuvo en lo que es justo el medio del versículo 2 en nuestra Biblia.
Y en ese punto, El cerró el libro y dijo “Hoy esta Escritura se cumple delante de
sus ojos” (Lucas 4:21) El no prosiguió, porque si usted sigue está tratando con
aspectos de la segunda venida de Jesucristo. Ahora esto fue cumplido ese día.
Eso no será cumplido hasta que El venga nuevamente. Así que entender y
discernir Su ministerio en Su primer venida, El se detiene justo en lo que es el
medio de la profecía aquí en Isaías para nosotros y dijo “hoy la Escritura se ha
cumplido en sus ojos.” Así que ¿Qué es lo que fue cumplido y qué lo que está
por cumplirse? Esto es lo que fue cumplido,
El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me
ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los
abatidos (Isaías 61:1);
Ahora, en el sentido restringido, esta profecía es de Jesucristo y Su
ministerio quien fue ungido por el Espíritu y fue a predicar las buenas nuevas a

los abatidos. Usted recuerda cuando Juan el Bautista estaba en prisión y Juan
no entendió las profecías en cuanto a Jesucristo. Juan estaba esperando que El
estableciese el reinado momentáneamente. Y cuando Juan estaba allí sentado
en la prisión por un momento el comenzó a impacientarse y envió sus discípulos
a Jesús y dijo “¿Eres tú al que esperamos? ¿O debemos comenzar a esperar a
otro?” En otras palabras, “¿Cuándo habrá de comenzar la función? Cansado de
la vida en prisión”
3
El sabía que Jesús era Aquel porque el testificó de Jesús que el Señor le
había dicho que cualquiera que veas que el Espíritu desciende sobre el y
permanece, este es Aquel. Y Juan testificó del Espíritu de Dios descendiendo
sobre Cristo y reposando sobre El allí en Su bautismo. Así que el conocía que El
era, y porque Jesús no se estaba moviendo hacia el reino y estableciendo el
reino y arrojando a los Romanos y todo esto, el dijo “¿Eres Tú Aquel a quien
debíamos esperar o es otro?” Y Jesús no contestó directamente a la pregunta de
Juan.
Pero en lugar de eso, en la misma hora, El sanó a muchos de los
enfermos, abrió los ojos a los ciegos, e hizo que los cojos caminasen y demás. Y
lugo el dijo a sus discípulos “Simplemente vayan y díganle a Juan lo que han
visto – como los ciegos han abierto sus ojos, el sordo escucha, el cojo camina y
a los pobres es predicado el evangelio. Estoy cumpliendo las profecías, Juan. Tu
conoces la Palabra Tu conoces las Escrituras. Estoy haciendo las cosas que las
Escrituras dijeron. No necesitas una respuesta directa, “Si, soy el Mesías”. Solo
vayan y háganle saber a Juan las cosas que han visto. Juan conoce las
Escrituras lo suficientemente bien. El conoce que Yo soy Aquel. No necesitan
buscar a nadie más.
“Pero El Espíritu del Señor está sobre Mí. porque me ungió Jehová; me
ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos” Como dijo Jesús, “El no
vino a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento. Porque los que están

sanos no necesitan médico, sino los enfermos.” (Marcos 2:17) “Porque el Hijo
del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.” (Lucas 19:10).
4
Me interesa observar el ministerio de Jesucristo, Su actitud hacia quienes
eran reconocidos, confesos pecadores y Su actitud hacia los que eran justos
ante sus propios ojos. A la mujer que fue traída a El tomada en el mismo acto
de adulterio, El le mostró gran piedad, entendimiento y gracia. “mujer ¿Dónde
están los que te acusan?” “Señor, creo que no tengo ninguno” “Bueno, ni yo te
condeno, vete y no peques más” (Juan 8:11) Oh, cuan tierno El trata a esta
mujer.
A la mujer de Samaria allí en la fuente, ahora ella no era la mujer más
moral de los alrededores. Ella había tenido cinco maridos diferentes. Y luego ella
decidió que el matrimonio no era para ella y vivía con un hombre. Y con todo
Jesús, en Su trato con ella, fue muy misericordioso, revelándole Su identidad.
Porque ella dijo “Se que cuando el Mesías venga, El nos enseñará todas las
cosas” Y El dijo “Mujer, Yo soy, el que habla contigo.” (Juan 4:25-26). Oh, la
actitud de Cristo hacia el pecador siempre fue hermosa. El tuvo buenas noticias
para el hombre pecador y quienes confesaban y estaban conscientes de su
estado pecaminoso.
Así que quienes a sus propios ojos eran justos, no tenían nada sino
palabras de vilipendio. El era cortante con ellos. “Ay de vosotros, escribas y
Fariseos Hipócritas!” Amigo, El los denunciaba. Usted piensa, “El Jesús amable,
manso y humilde…” mejor piénselo de nuevo y lea el Evangelio de Mateo el
capítulo 22. Y usted verá Su actitud hacia los auto-piadosos, auto-suficientes.
Pero, “El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová;
me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatido”,
a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad
a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; (Isaías 61:1);

5
Pienso que esta porción del versículo se refiere al ministerio de Cristo a
quienes murieron antes de que El viniera. “A los presos apertura de la cárcel.”
Porque nos fue dicho por Pedro que Cristo predicó a las almas que estaban en
prisión. Pablo nos dice que El que subió es el mismo que descendió a las partes
más profundas de la tierra. Y cuando ascendió llevó cautiva la cautividad. Usted
lo ve, desde el tiempo antes de Abraham, había aquellos hombres del Antiguo
Testamento que eran contados por justos por su fe en Dios. Abraham más o
menos prefiguraba a aquellos quienes creían y tenían fe en Dios. Y ellos
estaban esperando en las promesas de Dios.
Hebreos 11 nos dice que “Conforme a la fe murieron todos éstos sin
haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y
saludándolo” (Hebreos 11:13) Lo saludaron. Ellos clamaban ser “peregrinos y
extrajeron aquí. Solo estoy de paso. Esta no es mi vida. No es donde está. Estoy
buscando una ciudad la cual tiene cimientos y cuyo Constructor es Dios.” Ellos
estaban mirando por el glorioso reino de Dios. Y murieron en fe no habiendo
recibido la promesa. “proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, para
que no fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros.” (Hebreos 11:40). Es
imposible que la sangre de toros y machos cabríos pueda quitar el pecado. Se
requirió el sacrificio de Jesucristo sobre la cruz. Así que la sangre de los
sacrificios que ellos han hecho conforme al antiguo pacto cubrió sus pecados,
pero no los quito. Y ellos tuvieron que esperar por el sacrificio de Jesucristo
antes de que pudiesen entrar en la escena celestial.
Se nos dice por Pedro que cuando Jesús murió descendió al infierno. El
nos dice el propósito de su ida allí, predicar a las almas que estaban en prisión
que alguna vez fueron desobedientes. Pero creyeron y confiaron en Dios. Y
Pablo nos dice que cuando El ascendió, El llevó cautiva la cautividad. Y el
evangelio de Mateo, capítulo 27, nos dice que cuando el resucitó de entre los
muertos las tumbas de los santos fueron abiertas y fueron vistos caminando en
las calles de Jerusalén después de Su resurrección de entre los muertos. Fueron
liberados de la prisión. Y así que una parte de su primer venida fue liberar las

almas de los que estaban aprisionados por la muerte. Porque Jesús dijo “Yo soy
la resurrección y la vida. El que cree en Mí, aunque esté muerto vivirá. Y el que
vive y cree en mí no morirá jamás” (Juan 11:25-26)
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Tendremos una transición que es necesaria. Esta corrupción debe
cambiar a incorrupción. Esto mortal a inmortalidad. Y sabemos que cuando este
tabernáculo terrenal se disuelva, tengo un nuevo edificio de Dios, una casa que
no es hecha de manos, que es eterna en los cielos. Y mientras estoy todavía en
esta vieja choza, gimo honestamente, deseando mudarme.
Usted sabe, es difícil de salir de la cama en la mañana. Tonto pie
izquierdo mío, es la primera cosa que comienza a dolerme en la mañana. Tengo
que caminar unos pasos para que quede operativo. Nunca pensé que llegaría a
esta edad.
Pero, gracias a Dios, tengo un edificio de Dios que no está hecho de
manos, que es eterno en los cielos. Uno de estos días no voy a morir; voy a
mudarme de la vieja choza a ese glorioso edificio de Dios, la mansión que El
preparó para mí.
Así que para finalizar los aspectos de Su primera venida:
a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová (Isaías
61:2),
Este es el día aceptable. El tiempo aceptable de Dios para su salvación. Y
a este punto, Jesús cerró el rollo porque estas cosas tratan con los primeros
aspectos de Su venida. Ahora Isaías, no está realmente viendo las dos venidas,
prosigue y declara,
y el día de venganza del Dios nuestro; (Isaías 61:2);
Bueno, esto no habrá de tomar lugar hasta el futuro. La venganza de Dios
y la ira que será derramada sobre la tierra. Al abrirse los sellos, los juicios de

Dios habrán de comenzar a caer y la tierra entrará en el período conocido como
la gran tribulación. Y nosotros leemos donde los principales hombres de la tierra
y los capitanes y demás, llamará a las rocas y las montañas, “Caed sobre
nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y
de la ira del Cordero” (Apocalípsis 6:16-17), el día de la venganza de nuestro
Dios.
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Bueno, esto no tendrá lugar hasta el futuro en el tiempo durante la gran
tribulación, y pienso que es totalmente inconsistente con Dios y la naturaleza de
Dios y la obra de Jesucristo el pensar que la iglesia estará aquí durante el
tiempo en que Dios vuelque Su ira sobre la tierra. De hecho, Pablo nos dice en
Romanos 5:9 que no hemos sido puestos para ira. El nos dice de nuevo en 1
Tesalonicenses 5:9 que no hemos sido puestos para ira. Y pienso que esto es
totalmente inconsistente con la naturaleza de Dios el pensar que Cristo habiendo
sostenido la ira de Dios por nuestro pecado, que nosotros tengamos de alguna
forma que enfrentar la ira de Dios durante la gran Tribulación.
Ahora como hijos de Dios, en tanto estoy en este mundo extranjero, habré
de tener tribulación. Jesús dijo “Estas cosas os he hablado para que en mí
tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al
mundo.” (Juan 16:33). Ahora si usted fuese del mundo, el mundo le amaría
porque usted es parte del sistema. Porque usted no es del mundo, ellos le odian.
Y si no me han recibido, no habrá de recibirles a ustedes. Ellos me odian; ellos
le odiarán. El siervo no es mayor que su Señor.
Y así que como hijo de Dios caminando en compañerismo con Dios en
este mundo pecador, puedo esperar tener tribulación. Y toda la diferencia es que
la tribulación que enfrento viene de Satanás; la tribulación que el mundo
enfrentará es la venganza de Dios que declara “mía es la venganza; yo pagaré,
dice el Señor” (Romanos 12:19)
Así que “Para proclamar el día de la venganza de nuestro Dios,”

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a consolar a todos los enlutados (Isaías 61:2);
Moviéndonos a la edad del reino,
a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en
lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en
lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia,
plantío de Jehová, para gloria suya. Reedificarán las ruinas
antiguas, (Isaías 61:3-4),
La reconstrucción que continuará en esta tierra.
y levantarán los asolamientos primeros, y restaurarán las
ciudades arruinadas, los escombros de muchas generaciones
(Isaías 61:4).
Y por supuesto, vemos el comienzo de esto hoy. Pero lo que vemos hoy
no es el verdadero cumplimiento de este pasaje de Isaías, porque Isaías aquí
está yendo hacia la edad del reino. Así que mucho de lo que está siendo
construido ahora habrá de ser destruido.
Desafortunadamente, Israel habrá de ser el campo central de batalla de
dos de las batallas más grandes, probablemente las más grandes y las más
sangrientas en la historia del mundo todavía tienen que ser peleadas en la tierra.
Y así que muchas de las construcciones maravillosas que habrán de haber
serán destruidas por las guerras que vendrán sobre esa nación. Pero esta
profecía en particular va hacia la edad del reino, cuando reconstruyan las
ciudades antiguas y las desolaciones de muchas generaciones.

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