Las plantas pueden reaccionar a estímulos de tres formas: 1) mediante tropismos, que son respuestas de crecimiento orientado hacia o lejos de un estímulo como la luz o la gravedad, 2) a través de nastias, que son movimientos rápidos y reversibles como el cierre de hojas, y 3) cambiando sus procesos vitales en respuesta a factores ambientales como la floración estacional.