La descentralización puede mejorar la eficiencia y adaptación de los servicios públicos a las preferencias locales. Sin embargo, a menudo no se cumplen sus promesas debido a problemas como crisis de deuda. Las claves para una descentralización efectiva incluyen: 1) claridad en las responsabilidades de gasto, 2) capacidad de los gobiernos locales para generar ingresos, y 3) mecanismos de transferencias e información que promuevan la rendición de cuentas.