El terroir o terruño determina las características específicas del vino, influyendo factores como el clima, los suelos y la tradición de cada región. Los tipos de suelo afectan significativamente la calidad del vino, mientras que el cambio climático está alterando la viticultura, desplazando viñedos a latitudes inusuales y afectando la madurez y calidad de las uvas. La producción vitivinícola enfrenta retos serios, incluidos adelantos en las cosechas y pérdidas masivas debido a condiciones climáticas adversas.