El documento describe las características típicas de un salón de clases, notando que son espacios cerrados, incómodos y aislados. A pesar de que este aislamiento pretende favorecer el aprendizaje, en realidad no permite supervisar el trabajo de los maestros y a menudo se aprovechan de esta falta de supervisión para no dar clases. El documento también contrasta este modelo con el de Finlandia, donde las aulas son de vidrio y transparentes, permitiendo observar el trabajo del maestro.