El humo provocado por incendios forestales en el sur de Brasil y Argentina desde el 14 de abril causó graves problemas de contaminación atmosférica y afectó la salud de los residentes en Buenos Aires. Los niveles de monóxido de carbono y partículas en el aire superaron los registros históricos. El humo provocó irritación en los ojos, nariz y garganta de los bonaerenses y porteños, y dificultades para respirar. La visibilidad se redujo tanto que los aviones tuvieron problemas para despegar el 17