En Apocalipsis 5, se presenta un libro sellado que solo el Cordero, que representa a Jesús, es digno de abrir, tras ser identificado como el León de la tribu de Judá. Los ancianos y los seres vivientes adoran al Cordero por su sacrificio, que ha redimido a la humanidad, y se celebra su poder y dignidad en un nuevo cántico. Este capítulo destaca la importancia del sacrificio de Cristo y su papel en el juicio y la redención de la creación.