El oficio del recadero consistía en transportar mercancías de un lugar a otro ya sea en carros tirados por burros, en bicicleta o a pie. Algunas grandes empresas tenían su propio recadero exclusivo mientras que negocios más pequeños compartían un recadero o recurrían a recaderos independientes. La llegada del teléfono y las compañías de envío hicieron que esta profesión cayera en desuso.