Las calzadas romanas eran vías terrestres que comunicaban las ciudades del Imperio Romano con excelente trazado y sólida construcción. La más importante en Extremadura era la Vía de la Plata, que unía Astorga con Mérida, capital de Lusitania. A lo largo de las calzadas había mansiones para el descanso de los viajeros y se indicaban las distancias mediante miliarios.