La presión ideal durante el embalsamamiento es aquella que supera la resistencia intravascular y extravascular para distribuir el fluido de embalsamamiento a través del sistema vascular y espacios intersticiales. La presión de pulsación, donde el inyector abre y cierra automáticamente en intervalos, acelera el embalsamamiento y mejora la distribución y preservación minimizando la deshidratación post embalsamamiento.