El documento describe el origen y desarrollo de la medicina monástica en la Edad Media, especialmente bajo la orden benedictina. En 529, Benito de Nursia fundó la abadía de Montecasino en Italia, que se convirtió en modelo para otros monasterios. La Regla de San Benito estableció que los monjes debían cuidar a los enfermos, ya que al servirlos servían a Cristo. La medicina practicada en los monasterios benedictinos como Montecasino, Reichenau y San Gall alcanzó un alto nivel