El documento describe al ciprés (Cupressus sempervivens), clasificándolo como una gimnosperma con hojas opuestas y escamosas que pertenece a la familia Cupressaceae. Es nativo del Mediterráneo oriental y ha sido importante culturalmente para las antiguas civilizaciones debido a su resistencia a la humedad, lo que ha permitido su uso en la industria naval y construcción desde la antigüedad.