El documento aborda el crecimiento y desarrollo de la agricultura orgánica en México como una alternativa prometedora para pequeños productores, resaltando su papel en la sostenibilidad y la soberanía alimentaria. Destaca la importancia de la certificación orgánica participativa y la necesidad de crear vínculos directos entre productores y consumidores para mejorar las condiciones de vida y fomentar la comercialización de productos orgánicos. Además, propone la creación de mercados locales y la promoción de la educación ambiental como estrategias para fortalecer esta práctica agrícola.