El documento aborda la necesidad de formar a los ciudadanos en competencias digitales y tecnológicas para empoderarlos en la cultura digital, enfatizando la importancia de un enfoque comunicativo, social y participativo. Se propone un modelo educativo que favorezca el aprendizaje colaborativo y crítico, así como la consciencia sobre el uso y diseño de tecnología en la vida democrática. Se destacan la importancia de la libertad de software y la reutilización del conocimiento en la construcción de identidades y discursos propios.