Este documento describe la evolución del rol del supervisor, desde una visión clásica de "jefe" con autoridad absoluta, a un rol más moderno de instructor, consejero y facilitador. Explica las cuatro competencias clave para los supervisores actuales: técnicas, interpersonales, conceptuales y políticas. Además, analiza cómo el estilo de supervisión debe adaptarse a la cultura organizacional, pudiendo ser de experto, organizador, líder intelectual o carismático dependiendo del nivel cultural dominante.