En América Latina, aproximadamente 50 millones de personas con discapacidad enfrentan graves retos laborales, con un 80-90% desempleado y un 82% viviendo en pobreza. La inclusión laboral se propone a través de empleos integrados y apoyados, garantizando condiciones equitativas y oportunidades de formación para mejorar su situación socioeconómica. Los procesos de integración deben considerar la accesibilidad y la capacitación, permitiendo a estas personas disfrutar de plenos derechos y bienestar en el entorno laboral.