El documento compara el constitucionalismo clásico y el nuevo constitucionalismo latinoamericano. El constitucionalismo clásico busca la estabilidad a través de pocos cambios a la constitución, mientras que el nuevo constitucionalismo considera que las constituciones son inacabadas y deben adaptarse a los cambios históricos a través de mecanismos como asambleas constituyentes. La constitución venezolana se alinea con el nuevo constitucionalismo al permitir reformas y enmiendas para ajustarse a las nuevas condiciones.