La carta expresa la frustración de antiguos trabajadores de Oceanografía que aún no han recibido su finiquito tras la quiebra de la empresa, destacando la impunidad en el caso del propietario Amado Yáñez. A pesar de promesas de pago, muchos ex-empleados siguen esperando, y el documento critica la falta de atención del gobierno y la desigualdad en el tratamiento mediático en comparación con otros desfalcos. Se hace un llamado a la justicia para los trabajadores afectados y se denuncia la corrupción y complicidad que perpetúa la situación.