La talasemia es una enfermedad genética que afecta la producción de hemoglobina y glóbulos rojos, dividiéndose en talasemia alfa y beta, cada una con diferentes subtipos y severidad. El diagnóstico se realiza mediante historia clínica, exámenes físicos y pruebas de laboratorio, mientras que el tratamiento incluye transfusiones, quelantes de hierro y, en algunos casos, trasplante de médula ósea. La prevención a través de asesoramiento genético y pruebas prenatales es esencial para reducir su incidencia.