El conejito burlón siempre se burlaba de los demás animales del bosque hasta que estos decidieron ignorarlo. Arrepentido, el conejito prometió no volver a burlarse de sus amigos.
La bruja cocinera resultó ser una anciana solitaria a la que los niños del pueblo le tenían miedo. Un niño la visitó y descubrió que en realidad era una buena persona.
El globo dormilón se escapó de un payaso y quedó atrapado en un tejado, desde donde observaba a los niños