Cyc bbpp diversidad e igualdad

DECLARACIÓN SOBRE LA GESTIÓN DE LA DIVERSIDAD
Y DE LA IGUALDAD DE GÉNERO
EN LA ASOCIACIÓN CALOR Y CAFÉ DE GRANADA
Asociación Calor y Café de Granada
CIF: G-18700195
C/ El Guerra, 16-Bajo
18014 Granada
Teléfonos:
958 209 383 / 958 163 316
Correo electrónico:
calorycafe@calorycafe.com
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La Asociación Calor y Café de Granada cree firmemente en la convivencia e interacción que
existe efectiva y satisfactoriamente entre las distintas culturas, que son, por otra parte,
patrimonio importantísimo de la humanidad, ya que contribuye a fomentar y expandir el
conocimiento de dichas culturas y valores como el respeto y la tolerancia. Sabemos que la
interculturalidad o la integración bidireccional son principios no asumidos de forma
generalizada por la sociedad. Por tanto, es preciso romper con la concepción etnocéntrica
de que el país es nuestro y las normas que lo rigen también, y el que viene de fuera debe
adaptarse, ya que no hay culturas superiores ni inferiores, sino simplemente diferentes.
De igual modo, la integración de la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres
está significando en la práctica una mejor gestión de las organizaciones sociales, al
centrarse en las aptitudes y actitudes de las personas e identificar necesidades y
dificultades de partida de las mujeres derivadas, en buena parte, de estereotipos que han
obstaculizado su desarrollo en las mismas condiciones y oportunidades.
Por ello, la Asociación Calor y Café de Granada expone los principios desarrollados a
continuación que pretenden dar respuesta tanto a las exigencias legales en la materia como
a las demandas del grupo de personas que componen nuestra organización:
IMPORTANCIA DE LA PERSPECTIVA INTERCULTURAL
Cuando hablamos de Interculturalidad estamos haciendo referencia a tres principios: igualdad,
diferencia e interacción positiva. Es decir, la Interculturalidad, como ya se ha explicado
anteriormente, se refiere a la situación en que varias personas o grupos dialogan, interactúan,
conviven y se mezclan. Esto es lo que posibilita una adecuada convivencia. De ahí la expresión
convivencia intercultural, en la que, por una parte, se habla de convivencia entre personas y
colectivos etnoculturalmente diferentes, lo que implica, igualdad de trato y no discriminación. Y,
por otro lado, de la convivencia basada en los principios de la interculturalidad, es decir, la
valoración positiva, el respeto y el derecho a la diferencia. Para ello impulsaremos las siguientes
acciones encaminadas a:
 Impulsar el reconocimiento mutuo, así como el respeto y valoración de las diferencias.
 Potenciar espacios de encuentro y de trabajo conjunto con personas de entornos culturales y
procedencias diferentes.
FAVORECR LA PARTICIPACIÓN DE TODAS LAS PERSONAS IMPLICADAS
Se ha de favorecer la participación de las personas voluntarias en las actividades, pero también
en el resto de fases de la gestión de un proyecto. También se ha de promover la participación de

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las propias personas usuarias. Es un aspecto muy importante, ya que existe una tendencia
generalizada de considerar a las personas en situación de exclusión social con las que trabajamos,
separadas en colectivos. Ello conlleva que les consideremos solo como personas con una
problemática, en tanto que están dentro de ese colectivo. Este planteamiento provoca que nos
olvidemos que estas personas viven otras situaciones, tienen otros intereses, necesidades y sobre
todo, tienen capacidades que han de potenciarse para que estén cada vez más preparadas para
enfrentarse a ellas.
Por tanto, la participación de las personas usuarias en todo lo que les afecte es vital y para ello
impulsaremos las siguientes acciones encaminadas a:
 Los grupos y colectivos afectados son implicados en las diferentes fases del proyecto.
 Las acciones buscan reducir la dependencia y promueven una mayor responsabilidad,
autonomía e independencia de los beneficiarios; también fomentan las oportunidades de
progreso, crecimiento y desarrollo personal.
PLANTEAR UN ENFOQUE MULTIDIMENSIONAL Y DE TRABAJO EN RED
El trabajo de coordinación con otras entidades, redes y agentes sociales es esencial porque es la
manera más afectiva de abordar los problemas en toda su complejidad y dar soluciones integrales
además es útil para fortalecer los vínculos comunitarios ya que las causas de los problemas
sociales son multidimensionales, y por tanto hay que darles una respuesta que abarque todas
ellas. Por esto la complementariedad en las actuaciones es imprescindible. El trabajo en red aporta
una serie de beneficios a las Entidades que la componen, mayor del que obtendrían cada una por
separado. Estos beneficios son, entre otros:
- Uso compartido de recursos: financieros, gestión de proyectos compartida, etcétera.
- Mejor acceso a información.
- Mayor potencial para la colaboración.
- Fortalecimiento organizativo.
- Apoyo mutuo y reducción de riesgos.
- Mayor credibilidad sobre todo en las organizaciones pequeñas.
- Mayor flexibilidad estructural y agilidad operativa.
- Una representatividad más eficaz a partir de una mayor capacidad de interlocución.
El enfoque multidimensional e interdisciplinar también nos habla de que es necesario que la
intervención la realicen diferentes profesionales de diferentes ámbitos, con el fin de poder abarcar
todas las áreas en las que una persona/grupo pueda encontrarse afectada.

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INNOVACIÓN
Las actuaciones han de aportar soluciones nuevas o diferentes a las que desarrollan
habitualmente. Tienen que aportar un valor añadido. Dichas soluciones pueden referirse, entre
otros aspectos, a los objetivos y población destinataria del proyecto, su modelo de organización,
sus mecanismos de gestión y prestación de servicios, a los métodos e instrumentos utilizados en
la ejecución de sus actuaciones, etcétera.
También se podría hablar de la superación de una forma de intervención paternalista por otra
orientada a la integralidad de las respuestas, superando la etapa de ir poniendo simplemente
parches y optando por la promoción de la autonomía de la población junto con la que se trabaja
en todos los procesos que pudieran afectarle.
IGUALDAD DE OPORTUNIDADES E INCORPORACIÓN PERSPECTIVA DE GÉNERO
En el artículo sexto de nuestros estatutos, dedicado a los fines de la asociación, se hace una
mención explícita a este aspecto quedando reflejado este espíritu integrador de la siguiente forma
“(…) Los fines de Ja Asociación serán la acogida, integración, promoción y reinserción de personas
y grupos marginados, desde la perspectiva de la igualdad y equidad de géneros, entre as personas
de nuestro ámbito cercano y en otros países en relación a la Cooperación Internacional al
Desarrollo (…)”.
Este hecho de naturaleza orgánica y estatutaria lleva implícito los siguientes condicionantes en
nuestra organización funcional de las actuaciones llevadas a cabo por nuestra asociación:
 Se incorpora el principio de igualdad de oportunidades en todas estructuras organizativas de la
entidad y de los grupos de personas (socias, trabajadoras y/o voluntarias) que la componen.
 Se incorpora el principio de igualdad de oportunidades en todas las fases del ciclo de la gestión
del proyecto: diagnóstico, formulación, ejecución, seguimiento y evaluación.
Granada, Enero de 2017
La Junta Directiva

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ANEXO: INCORPORACIÓN DEL ENFOQUE INTEGRADO DE GÉNERO EN TODOS LOS
ÁMBITOS DEL PROYECTO DE INTERVENCIÓN
A continuación, se especifica el desglose por sexo de las personas encargadas de implementar el presente
proyecto:
SEXO
PERSONAS
VOLUNTARIAS
PERSONAS
CONTRATADAS
Nº (%) PERSONAS
PARTICIPANTES
DESGLOSADO POR SEXO
MUJERES
8 (80% del total de
personas voluntarias)
5 (83% del total de
personas contratadas)
13 (81%)
HOMBRES
2 (20% del total de
personas voluntarias)
1 (17% del total de
personal contratadas)
3 (19%)
Nº (%) PERSONAS
PARTICIPANTES POR TIPO DE
RELACIÓN CONTRACTUAL
10 (63%) 6 (38%) 16 (100%)
Como se ha citado anteriormente, la forma de hacer constar la voluntad de nuestra organización por integrar
la perspectiva de género en la gestión asociativa motivó la última reforma de nuestros estatutos, realizada en julio
de 2014, donde se modificó el artículo 6 dedicado a los fines de la asociación. Por lo tanto, desde dicha reforma
se ha establecido el compromiso de integrar la perspectiva de género en todas nuestras actuaciones tanto en la
atención social a las personas usuarias de nuestros servicios como en la gestión de nuestros grupos humanos.
Prueba de ello, es el siguiente cuadro que muestra la distribución paritaria de cargos de la Junta Directiva y la
organización funcional de la entidad:
CARGO HOMBRES MUJERES
Presidente/a - 1
Vicepresidente/a 1 -
Tesorero/a 1
Secretario/a 1 -
Vicesecretarios/as 2
Coordinador/a Comisiones-Vocalías 1 -
Director/a Centro Social 1 -
TOTALES 4 (50%) 4 (50%)
En cuanto a las personas usuarias se tiene previsto llevar un control de los indicadores de evaluación
previstos en el proyecto que contemple el desglose por sexo y la atención específica a la problemática de la mujer
en sin hogar y las mujeres y las niñas en riesgo de exclusión social que nos indica la tendencia a la aparición de
más mujeres en un fenómeno que tradicionalmente ha sido principalmente masculino no ha ayudado a la
visibilización y sensibilidad suficiente para el trabajo especializado con mujeres, las cuales sufren con mayor dureza

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las condiciones de las personas sin hogar. Por tanto, se han de contemplar medidas para la visibilización y
respuesta a las necesidades especiales de las mujeres sin hogar. Los diferentes procesos, trayectorias y patrones
que se dan dentro del sinhogarismo mantienen un paralelismo con las relaciones sociales no excluidas, es decir,
no quedan al margen de los patrones culturales y de las desigualdades imperantes, tampoco del género. De este
modo, las mujeres sin hogar presentan trayectorias divergentes en cuanto a los hombres, ya no sólo por su
condición de minoría cuantitativa, sino que también por la influencia o determinación de los roles culturales
establecidos desde el entramado social.
La mujer soporta un conjunto de desigualdades y desventajas que la posicionan en subordinación frente al
hombre. Sin embargo, estas desigualdades no son universales y homogéneas para el conjunto de mujeres, sino
que interaccionan con distintas variables que obstaculizan la percepción del entramado patriarcal. En
consecuencia, se introducen perspectivas específicas para mujeres inmigrantes, diferentes etnias, edades,
orientaciones sexuales, clases sociales, nivel educativo, entre muchas otras, configurando una interseccionalidad
de desigualdades y aumentando la complejidad del término “mujer” sin hogar. Poniendo un ejemplo extremo de
intersección habitual, consideraríamos un colectivo en riesgo de exclusión social a aquellas mujeres que padecen
enfermedades mentales. Este colectivo está muchas veces estrechamente vinculado a la drogodependencia e
incluso a la violencia machista. Uniéndolo a una situación de precariedad laboral y escasa formación académica,
clase social en términos clásicos, se crearía una situación de vulnerabilidad y desprotección que sólo se sostiene
a partir de las redes sociales. La capacidad de construir redes sociales es imprescindible, y en el caso de haber
una ausencia de éstas, junto con las condiciones adversas anteriormente nombradas, se acumulan todos los
números para sufrir sinhogarismo.
Esta complejidad dificulta la capacidad de actuación, ya que la yuxtaposición de las problemáticas constituye
un grado de especialidad y conocimiento transversal, ausente en muchos casos en los centros de atención. En
conclusión, es necesario pensar el fenómeno desde la heterogeneidad, la interseccionalidad de desigualdades,
siendo urgente la eliminación del androcentrismo y el esencialismo en los recursos existentes. Es decir, la mejora
de la situación de las mujeres sin hogar requiere la eliminación de una perspectiva androcéntrica de los recursos
ya existentes. Los roles de género, las desigualdades y la segregación en los espacios también es un elemento
que influye en la trayectoria de las personas sin hogar en relación con los centros de atención a las personas sin
hogar. Lo masculino se constituye como lo neutro, y las trayectorias específicas de género quedan invisibilizadas.
Es importante que los/las profesionales de la intervención social tengan un conocimiento de heterogenia del
fenómeno. Así, la propuesta está orientada a la formación desde una perspectiva de género, así como
conocimiento de las causas específicas, las trayectorias, estrategias de actuación, entre otras.
La segregación de género en las distintas ocupaciones constituye un elemento clave para entender la
desigualdad dentro del propio fenómeno del sinhogarismo. Por consiguiente, la trayectoria y desarrollo de las
personas sin hogar estará diferenciada por sexos, siguiendo los patrones culturales establecidos durante el
proceso de socialización. Según el diagnóstico de la situación de las PSH recogido en la ENIPSH 2015-2020;
basado en datos del INE se constatan dos hechos diferenciadores que inciden en las mujeres sin hogar:
a) Tendencia al aumento de la proporción de mujeres sin hogar: Con un incremento del 16% en el
periodo 2005-2012, especialmente de mujeres jóvenes sin hogar; esta proporción se elevó del 18% en
2005 al 25% en 2012. Lo que supone casi un 20% del total de la población de PSH registrada en España.
Este contraste abismal en el número de personas sin hogar tiene diversas explicaciones asociadas
directamente al género. Los orígenes del sinhogarismo femenino son muy amplios, ya que es un

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fenómeno multicausal, aunque todas ellas están situadas en distinta medida dentro del entramado
patriarcal.
A un nivel más estructural, como se ha argumentado anteriormente, los sistemas de explotación y
subordinación hacia las mujeres, la desprotección estatal, la gestión del movimiento migratorio, la trata
de blancas, la prostitución, el efecto sexista de las políticas públicas, el mercado laboral segregado, la
pobreza, la asignación cultural a los distintos roles, el techo de cristal, y un largo etcétera, constituyen
todo el entramado estructural de organización social que jerarquiza a los distintos colectivos sociales.
En España, el 30% de la población femenina se sitúa en el estrato de rentas más bajas, mientras que
el porcentaje para los hombres es sólo del 7,8%. El 1,8% de las personas que se sitúan por debajo del
umbral de pobreza viven solas, y de éstas, 7 de cada 10 son mujeres, la mayoría de avanzada edad. El
84,4% de las personas pobres mayores de 55 años que viven solas son mujeres. Sus pensiones de
jubilación o viudedad son de una cuantía tan baja que, con frecuencia, viven en situación de gran penuria
económica. Se calcula que hay unas 355.000 mujeres pobres solas con cargas familiares, 3 de cada 4
son consideradas inactivas, por lo que sus ingresos provienen de pensiones no contributivas o
asistenciales o bien de actividades marginales.
Las mujeres que padecen el sinhogarismo se encuentran con una desintegración de sus redes sociales,
ya sea la familia de origen o la familia formada. Como ya argumentaban los teóricos del Modelo de
Déficit Estructural, la creación y mantenimiento de redes sociales (ámbito grupal) son un aspecto básico
para no sufrir el sinhogarismo.
b) Tendencia al aumento de agresiones y delitos contra mujeres sin hogar: Padecer una situación de
violencia machista en el hogar, tanto en la familia de origen como en la familia formada, es una de las
causas más recurrentes para las mujeres que acaban sin hogar.
También se mencionan como posibles causas de esta situación las separaciones, los embarazos no
deseados, los trastornos de salud mental, el aumento de las familias monoparentales, la sobrecarga del
núcleo familiar o la concepción de la estructura social como desigual en oportunidades entre hombres y
mujeres, aunque en mucha menor medida.
Las agresiones sexuales a mujeres sin hogar se han duplicado, del 12,8% en 2005 al 24,2% en el 2012
(entre varones sin hogar permanece igual, sólo afecta al 1,5% de ellos) y también han sufrido en mayor
medida timos, del 22% en 2005, al 40,5% en 2012.
En cuanto a los datos referentes a la ciudad de Granada, tal y como se citó en el punto dedicado a la
justificación del presente programa, según datos de 2014 del COAST se estima que 200 personas están viviendo
en la calle de forma permanente; lo que implicaría alrededor del 7% del total de las PSH localizadas en nuestra
comunidad autónoma. El porcentaje de PSH desagregado por sexos nos indica, aproximadamente, que un 88%
serían hombres y un 11% serían mujeres; esto implica que 4 de cada 5 personas que viven en la calle en nuestra
ciudad son hombres. Por otro lado, tenemos que el número de estancias disponibles en la red municipal de
alojamientos temporales se situaba en torno al 70% para los hombres y el 30% para las mujeres de un total de
22.192 estancias registradas en 2014. Estos porcentajes son muy similares a los registrados por los servicios de
nuestra organización durante 2015.

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