1. Cuando Dios está presente, la fe se activa y grandes cosas pueden suceder, como cuando Jesús sanó a un hombre sordo y mudo.
2. Jesús trató al hombre con dignidad y compasión, alejándolo de la multitud para sanarlo.
3. Cuando creemos que Dios está presente donde estamos, debemos esperar milagros y transformación como el hombre experimentó.