El documento discute el papel de la tecnología en la educación moderna y cómo los docentes deben adaptarse a los cambios. Argumenta que aunque las pizarras y computadoras no son esenciales, los docentes deben incorporar las herramientas tecnológicas para conectarse con los estudiantes. También enfatiza que los docentes del siglo 21 deben enseñar habilidades para evaluar críticamente la información en Internet y fomentar la autonomía de los estudiantes.