El estudio encontró que las redes sociales no causan depresión directamente, sino que otros factores son los que producen síntomas depresivos. Sin embargo, las redes sociales pueden servir como una distracción que ayuda a combatir la depresión, ya que permiten a las personas sentirse acompañadas y distraerse de sus problemas. Mientras que las redes sociales no son la causa de la depresión, tampoco son una cura y contienen riesgos como exponerse a contenidos que pueden empeorar la autoestima.