La descentralización en el Perú se refiere al proceso de transferir competencias y recursos a los gobiernos regionales y locales para mejorar la provisión de servicios. Esto tiene ventajas como una mayor eficiencia al alinear las demandas de servicios con las decisiones locales, pero también riesgos como el ejercicio privado del poder y la falta de consenso sobre su implementación. La descentralización también debe ir acompañada de reformas económicas para promover un desarrollo más equilibrado entre regiones.