El documento presenta el caso clínico de un niño de 5 años con erupción cutánea crónica. Se describe la apariencia de las lesiones y su distribución por el cuerpo. El diagnóstico inicial fue dermatitis atópica aunque no respondía al tratamiento, por lo que fue remitido a dermatología. El dermatólogo diagnosticó eccema impetiginizado de fondo atópico y prescribió tratamiento con antibióticos, antihistamínicos y corticoides tópicos.