El fabbing representa una evolución en la producción, fusionando el papel de productor y consumidor a través de modelos de producción distribuidos y personalizados. Este fenómeno plantea desafíos sobre la propiedad intelectual y nuevas estructuras de recursos en un mundo donde la fabricación en casa se vuelve común. La revolución digital no solo afecta la distribución de información, sino que transforma objetos en bienes manufacturados accesibles a bajo costo.