La Edad Media se caracterizó por el feudalismo y las jerarquías sociales, donde los reyes gobernaban sin pagar impuestos. La nobleza, dividida en señores feudales y clero, poseía poder sobre los campesinos y artesanos, quienes trabajaban la tierra a cambio de protección. Los campesinos vivían en condiciones precarias y tenían escasos derechos, mientras que los soldados medievales eran profesionales bien remunerados y entrenados en el uso de armas.