Los cuadrados A y B son del mismo color, pero nuestros sentidos visuales nos hacen percibirlos de manera diferente. Esto se debe a que las personas no perciben la realidad tal cual es, sino de acuerdo a su propia historia personal formada por actitudes, creencias y necesidades que influyen en cómo ven el mundo. Constantemente seleccionamos de manera consciente o inconsciente los estímulos que queremos percibir.