Un sistema se compone de partes o elementos organizados que interactúan para lograr un objetivo. Los elementos clave de un sistema abierto incluyen la corriente de entrada, el proceso de conversión, la corriente de salida y la retroalimentación. La corriente de entrada aporta recursos al sistema, mientras que la corriente de salida exporta la energía del sistema al medio externo. El enfoque de entrada-salida identifica a un sistema como una entidad que recibe entradas y emite salidas bajo la forma de productos.