El empoderamiento es clave para alcanzar los objetivos de un equipo de trabajo, promoviendo la confianza sobre el control para mejorar la comunicación y satisfacción del cliente. Las estructuras horizontales facilitan una toma de decisiones más eficiente tanto para el cliente externo como interno, lo que contribuye a la rentabilidad. Para lograr esto, es necesario un cambio de paradigmas que alinee los esfuerzos hacia la misión y visión estratégica de la organización.
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