El documento discute el papel de la educación superior en un contexto de globalización y tecnología. Argumenta que la educación debe formar personas críticas y reflexivas para reducir las desigualdades entre países desarrollados y en desarrollo. También debe integrar las ciencias, la tecnología y las humanidades para abordar los retos de un mundo globalizado de manera justa y equitativa. Además, las universidades deben fomentar la investigación científica para lograr una participación equitativa en la economía global, sin descuidar