Stake propuso la evaluación respondiente como un método que ayuda a los clientes a distinguir las fortalezas y debilidades de un programa. Este método se enfoca en proporcionar servicios a audiencias específicas a través de comunicaciones informales y continuas, y usando técnicas como estudios de caso en lugar de enfoques experimentales. La estructura de la evaluación respondiente se basa en identificar problemas, recopilar datos y validar hallazgos con observadores clave.