La norma 250 aborda la responsabilidad del auditor respecto al cumplimiento de disposiciones legales y reglamentarias en la auditación de estados financieros, estableciendo que es esencial para la dirección garantizar el cumplimiento normativo. El auditor debe identificar y comunicar incumplimientos materiales y tiene procedimientos específicos para obtener evidencia de cumplimiento, aunque no es responsable de prevenir tales incumplimientos. Las deficiencias identificadas en el control interno también deben ser comunicadas a los encargados del gobierno corporativo para asegurar la transparencia y la supervisión efectiva.