El documento resume la política interior y exterior de Felipe II durante su reinado de 1556 a 1598. Tuvo que hacer frente a numerosos conflictos religiosos y políticos en Europa, como la rebelión de los Países Bajos y las guerras contra Inglaterra y Francia, además de problemas internos como la rebelión morisca de las Alpujarras. Sus intentos por mantener la hegemonía católica en Europa agotaron los recursos económicos de España y llevaron al país a la bancarrota en varias ocasiones.