Gordon Allport propuso una teoría de la personalidad basada en los rasgos. Definió los rasgos como estructuras neuropsíquicas que predisponen al comportamiento individual. Identificó rasgos cardinales, centrales, secundarios y comunes. Explicó el desarrollo del concepto de sí mismo ("propium") a través de la percepción corporal, identidad, autoestima y extensión del yo durante las etapas del desarrollo. Su teoría influyó en enfoques posteriores de la psicología humanista.