Sebastián vivía en un distrito llamado Santa y al principio de la pandemia no tomaba en serio el virus. Esto cambió cuando dos vecinos enfermaron y fallecieron, lo que hizo que Sebastián se diera cuenta de la gravedad de la situación. Junto con amigos, Sebastián se unió a un grupo vecinal llamado "Santa Respira" que recaudaba fondos para construir una planta de oxígeno mediante visitas casa por casa con las debidas precauciones. Ahora Sebastián se cuida más y contribuye a su comunidad.