La inteligencia artificial surge a partir de trabajos publicados en la década de 1940 pero se establece como disciplina en 1950 gracias al influyente trabajo de Alan Turing, matemático británico. Existen dos enfoques principales: sistemas que piensan como humanos mediante procesos como toma de decisiones y resolución de problemas, y sistemas que actúan como humanos desarrollando capacidades para realizar tareas que requieren inteligencia.